¡Feliz vuelo hacia tu éxito!

 

La actitud correcta para el aprendizaje

 

Podemos comparar todo proceso de aprendizaje realizado en el modo correcto con las diferentes fases del vuelo de un avión: La recepción en el aula, con la música de bienvenida, la presentación del facilitador y entre los alumnos, el contrato formativo y el comienzo de la formación con el despegue; la recepción de los contenidos y las dinámicas para ponerlos en práctica con el vuelo de crucero; y finalmente las conclusiones finales, cierres, y el plan de acción con el aterrizaje.

 

 

En la mayoría de los aviones se utiliza un instrumento conocido popularmente como horizonte artificial, cuya denominación técnica es Indicador Director de Actitud (ADI por sus siglas en inglés).

 

 

Su función es indicar al piloto la inclinación de las alas del avión, hacia la derecha o izquierda, y también si el morro apunta hacia arriba o hacia abajo, tomando como referencia el horizonte.
Un avión que vuela bien lo hace con una actitud equilibrada; si una de las alas y/o el morro se inclinan demasiado en cualquier sentido, el resultado puede ser alcanzar una velocidad excesiva, o bien perder sustentación, y ambas situaciones son lo suficientemente peligrosas como para causar la pérdida del aparato. A continuación te planteo las siguientes tres preguntas:

 

  1. ¿Cuál es tu actitud en el aprendizaje, pones toda la responsabilidad en el formador, o también te haces responsable de tu parte?
  2. ¿Te enfocas exclusivamente en la teoría, o solamente estás interesado en las prácticas?
  3. ¿Estás dispuesto a trabajar previamente a la Formación, durante esta, y a continuar posteriormente para consolidar el aprendizaje, o únicamente lo harás durante el tiempo dedicado al evento?

 

Observa en todo momento las 3 Reglas Básicas de la Formación:

 

  • Un proceso de Aprendizaje es un Acuerdo entre un Formador, quien facilita, y una persona o grupo de personas, que lo reciben; cada una de las partes es responsable al 50% del éxito del proceso.
  • Un Aprendizaje correcto, adecuadamente equilibrado, se compone siempre de una parte de teoría y otra de práctica.
  • El éxito en el Aprendizaje se da, enfocándose previamente en el proceso, con la actitud correcta; entregándose al 100%, en cuerpo y alma, durante la formación; y por último, trabajando durante un periodo mínimo de 40 días posteriores al evento, de manera ininterrumpida, para consolidarlo de manera efectiva.

 

Si deseas aprender a nadar, habrás de mojarte, ¿estás dispuesto a hacerlo?

 

 

Quien avisa no es traidor… Por tanto, he de hacerte una advertencia: Todo verdadero proceso de Aprendizaje centrado en la persona conlleva un cambio en su forma de ser y hacer, y una parte de nosotros -sobre todo al principio- se obstina en conservar los antiguos patrones.

 

A Corto Plazo → Aprendizaje = Cambio = Dolor

A Medio/Largo Plazo → Aprendizaje = Beneficio = Disfrute

 

Este fenómeno se da en todo ser humano; a corto plazo es doloroso, pero a medio y largo es completamente positivo, pues incluso la parte que en nosotros se resiste al cambio acaba por aceptarlo y beneficiarse también de ello. En conclusión: El Cambio es una cuestión de Motivación, ¡Cuando tienes un Motivo te pones en Acción!

 

 

Te invito a leer otro artículo sobre la Formación, directamente relacionado con éste:

El Coaching y la Formación, ¿gasto o inversión?

 

Manuel Marques Robles

Coach y Mentor del Camino del Héroe

 

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