Valorando las opciones para tu desarrollo profesional
¡Esta es la cuestión! Para ayudarte a aclararla, permíteme que te comparta una sencilla historia, cuyo protagonista es el filósofo griego Sócrates, padre de la Mayéutica, y primer Coach de la Historia:
“Sócrates era considerado un hombre muy sabio, el más sabio de entre los hombres -así lo había testimoniado el oráculo de Delphos, y todos en Grecia lo habían escuchado- y por este motivo muchas personas acudían a él en busca de consejo o aprendizaje.
Un día llegó un hombre, padre de familia, para pedirle que enseñara a su hijo:
– Es joven, pero descuidado e inepto, le dijo a Sócrates.
Pero si tú le tomas a tu cuidado y le enseñas, ¡oh Sócrates!, sé que corregirá esta actitud y se convertirá sin duda en un hombre responsable y trabajador.
– Sin duda puedo hacerme cargo de él y enseñarle a ser un hombre de provecho, le respondió Sócrates; sin embargo esta tarea demandará de mi tiempo y esfuerzo, y eso tiene un precio, ¿estás de acuerdo conmigo?
– ¡Completamente, sabio Sócrates! Y dime, ¿cuál es el precio por dedicar tu valioso tiempo y esfuerzo para educar a mi hijo?Sócrates le comunicó cuánto sería necesario invertir para tomarle como discípulo, y entonces aquel hombre le respondió, sorprendido y ciertamente contrariado…
– ¡Pero por ese precio podría comprar un burro para mi servicio, para que cargara con todas mis herramientas y mis bultos!
Hazlo entonces -le respondió Sócrates- y así tendrás dos burros en tu casa.“¡Interesante moraleja!
Hablando de Sócrates, te invito a leer el siguiente artículo sobre su obra y los antecedentes del (auténtico) Coaching -con mayúscula- que se realiza hoy en día:
El ser humano llega al mundo dotado de numerosos talentos y capacidades; sin embargo la influencia de la familia y el entorno cercano, con sus todopoderosas figuras de autoridad moral, y posteriormente el proceso educativo y el propio condicionamiento del paradigma imperante en la sociedad, anulan este potencial, quedando la persona correctamente socializada funcionando a un mínimo de sus auténticas y prodigiosas capacidades.
Para describir el efecto de este proceso uso con frecuencia una metáfora muy interesante, inspirada por el comentario de un amigo, especialista en el cultivo de bonsáis :
Todos nacemos de la semilla de la experiencia y sabiduría de nuestros ancestros, destinados a ser árboles grandes y frondosos. Sin embargo, el proceso de condicionamiento nos convierte en pequeños bonsáis .
Un bonsái se cultiva a partir de una semilla normal, la correspondiente al árbol que quieres que no se desarrolle más allá de un tamaño estipulado.
¿Cómo se consigue? Es muy sencillo, me explicó él; colocas la semilla en un recipiente pequeño, la riegas con la cantidad de agua correspondiente a este tamaño, podas las ramas con frecuencia, ¡y tendrás un bonito bonsái del árbol que tú hayas elegido!
Y esto es precisamente lo que sociedad hace con nosotros y nuestro potencial, convertirnos en figuras fáciles de manejar, pero con una mínima utilidad real.
Y ahora demos un paso más: ¿Qué es y para qué sirve la Formación? La Formación -me refiero a la verdadera- es Educación, y también se trata de la auténtica, no a sucedáneos ni a lo que nos da como tal en la sociedad, que es instrucción, o sea, la imposición de una serie de conocimientos y pautas de conducta socialmente correctas.
“Educar” viene del antiguo vocablo griego “educir”, que significa “sacar de dentro.” Es decir, ayudar a manifestar, a hacer real, las cualidades y habilidades innatas que todos tenemos, latentes, en nuestro interior.
La Educación -con mayúsculas- también abarca la adquisición y puesta en práctica de virtudes y capacidades ajenas a nosotros, y que podemos hacer nuestras.
Por ejemplo, la PNL (Programación Neurolingüística), mediante la técnica del modelado, hace posible que incorporemos a nosotros los patrones que han llevado a otras personas al éxito.
Si tienes interés en la PNL y quieres saber más sobre ella, aquí tienes un artículo sobre el tema:
La conclusión es la siguiente: La Formación -Educación- es un Aprendizaje (del latín “Apprehendere”, que significa “Tomar u Atrapar”) de nuevas habilidades y capacidades, y también recuperar y actualizar nuestro potencial aún no aprovechado. ¿Qué te parece?
Por lo tanto, la respuesta a la pregunta ¿es la formación un gasto o una inversión?, es muy clara: La Formación es una inversión muy rentable; la ignorancia, en cambio es, sin ninguna duda, extremadamente cara.
Manuel Marques Robles
Coach y Mentor del Camino del Héroe
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