¡Es hora de sacudirse las pulgas!

 

Como identificar y eliminar a los parásitos internos

 

Te gusta lavarte para mantener tu cuerpo aseado y tu ropa limpia, ¿es correcto? También cuidas tu alimentación para que sea sana y te intoxiques con alimentos contaminados, ¿voy bien?
Es muy molesto oler mal, rascarse como un perro vagabundo y sentir como tu cuerpo funciona un motor que suena raro y en cualquier momento va necesitar pasar por boxes, y tú lo sabes muy bien, por eso actúas en consecuencia. ¡No quieres ser el hogar de ni una sola pulga ni de criatura que se parezca!

 

 

Sin embargo tu mente y tus emociones están llenos de parásitos que tampoco huelen demasiado bien… ¿Lo sabías? Desde el mismo momento en que fuiste concebido y una vez que naces siguiendo un proceso de condicionamiento que se desarrolla a lo largo de tu vida, vas recogiendo innumerables ideas que conviertes en certezas indiscutibles (creencias psicológicas) que producen un torrente continuo de pensamientos que acaban por dirigir tus acciones; muchas de estas certezas -creencias- son limitantes en cuanto a reducir tus opciones de éxito si las sigues al pie de la letra, y además se traducen en emociones insanas y disfuncionales (miedo, rabia, tristeza) que te acechan continuamente llevándote a estados muy desagradables y peligrosos, por cuanto el tiempo que pasas ahí estás KO.

 

 

Estas ideas y sus emociones asociadas están tan presentes en tu dialogo interno que se convierten en huéspedes fijos de tu psique, como si fueran la más desagradable de las visitas, y se niegan a dejarte en paz o a darte siquiera un respiro… Son los llamados demonios internos y se comportan como auténticos parásitos emocionales pues se alimentan de tus emociones negativas.

 

 

Y aún hay más: Se da una relación especialmente perversa entre nuestras creencias y nuestras emociones cuando tanto las primeras como las segundas son disfuncionales.
Nuestras creencias limitantes nos ofrecen una interpretación en todo momento subjetiva y sesgada de nosotros mismos, del mundo que nos rodea y de los acontecimientos en los que participamos o de los cuales somos testigos, y esta interpretación siempre conlleva una reacción emocional, de modo que si mantenemos activas estas creencias vamos a alimentarnos una y otra vez de las mismas emociones insanas resultado de las mismas interpretaciones sesgadas, hasta el punto en que todas las células de nuestro cuerpo -a través del mecanismo de intercambio de proteínas- se hacen adictas a este tipo de alimento y ya no van a querer tomar uno sano, porque lo encontrarán extraño y nada deseable.
Nosotros adoptamos creencias -consciente e inconscientemente, voluntariamente y por compulsión- que se alimentan de un tipo de emociones específicas que a su vez fortalecen estas mismas creencias que seguirán demandando más de estas emociones resultado de esta interpretación en un proceso continuo que busca que la vida, como un espejo, confirme como realidad aquello que nosotros consideramos como tal.

 

 

El mecanismo es análogo al de la drogadicción, y por ello se afirma que el pensamiento y la emoción negativa conforman la droga más adictiva que existe.

 

 

De hecho, aunque nuestras creencias limitantes se convierten en auténticas torturadoras y saboteadoras de nuestros sueños y proyectos, su naturaleza esencial no es necesariamente malvada y su intención en principio no es llenarnos de obstáculos el camino porque sí, sino que llegan a ser realmente molestas porque nosotros no hemos educado desde el principio nuestra mente y ésta se comporta como un perro consentido y malcriado.

 

 

Y es el momento de hacerlo ahora si no lo hemos hecho antes; ya no somos niños en manos de padres y madres negligentes sino adultos responsables de su vida y destino.
Lo primero es identificar los estados emocionales negativos más recurrentes -podemos comenzar por los 3 más significativos– y a partir de ahí tirar del hilo:

 

  • ¿Qué disparó mi malestar, cuál es el gatillo que opera en esta situación?
  • ¿Cuál es la creencia que está detrás de mi interpretación de esta situación específica?
  • ¿Cuál es la creencia alternativa que debe operar para obtener una interpretación diferente y en positivo que dispare una emoción igualmente positiva?

 

Es una labor de ser detective de uno mismo; desarrollando la capacidad de autobservación desde la neutralidad emocional -para no sentirte mal cada vez que te descubras cayendo en las viejas trampas- y ayudándote de la intuición y de las sensaciones físicas, puedes identificar a sus parásitos emocionales y ponerles bajo un régimen estricto de adelgazamiento que tendrá como resultado un diálogo interior mucho más sano y productivo y una notoria disminución de la tensión interna.

 

 

Lee estos dos artículos para saber más y ser un gestor más consciente y eficiente de todo el potencial a tu disposición:

¡Alerta! Tienes un okupa

El Óscar a la mejor interpretación es para…

 

Ten siempre presente como funciona el proceso:

 

CREENCIA → INTERPRETACIÓN → EMOCIÓN → REACCIÓN (en –)/PROACCIÓN (en +)

 

Cambia la creencia limitante a empoderante y toda la secuencia de la fórmula cambiará también a positiva. ¡Sé una persona proactiva y no reactiva y los resultados serán los mejores!

 

Este proceso demanda foco, atención sostenida, sana disciplina y amor sincero por uno mismo; es laborioso y requiere paciencia antes de ver los resultados. Acompañarse de un profesional con experiencia es altamente recomendable, hace que el proceso sea más mucho fácil, ágil y productivo.
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Alejandro del Roble

Coach y Mentor del Camino del Héroe

 

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