Ola de emprendimiento y 1ª guerra mundial, 2ª parte

 

Enseñanzas para el emprendedor de hoy

 

Llegados a este punto es inevitable hacerse una pregunta: ¿Cómo hemos llegado a este balance de resultados tan negativo para una gran mayoría de emprendedores?

 

 

Hemos acumulado una inmensa experiencia en el área de implementar negocios con éxito, materializada en una amplia y relativamente asequible oferta formativa específica; ¿por qué entonces se dan tantos fracasos?
Evidentemente el fracaso -o resultado no deseado, tal y como se explica en el Coaching- es necesario e incluso muy positivo para el aprendizaje y la maduración de un proyecto empresarial realmente factible, pero la mayoría de estos fracasos parecen innecesarios y estériles…

 

“Después de dos mil años de guerras a nuestras espaldas no tenemos excusas para combatir mal.”

Coronel T.H. Lawrence, Lawrence de Arabia

 

Un acontecimiento ya lejano en el tiempo, y que aparentemente no guarda ninguna relación con la actual y poco afortunada ola de emprendimiento, nos puede ayudar a entender cuál son 3 de los factores principales implicados: Se trata de la Gran Guerra o 1ª guerra mundial, que estalló tan violentamente como la crisis de las subprime.

 

 

Veámoslo por partes:

 

  1. Al igual que la presente crisis global, la guerra de 1914-1918 tuvo sus orígenes en acontecimientos y factores socio-económicos -además de históricos- situados décadas atrás en el tiempo.
  2. Aunque su inicio y sobretodo su rápida extensión a otros países fue una sorpresa para los gobiernos y la opinión pública de los países implicados, hubo voces que advirtieron, con años de antelación y basándose en argumentos bien fundados, sobre el inevitable estallido, expansión, duración y consecuencias de esta guerra, tan diferente a todas las anteriores.
  3. Miles de hombres en todas las naciones que declararon la guerra se alistaron entusiasmados en las primeras semanas del conflicto, muchos de ellos abandonando buenos empleos y vidas estables, buscando la oportunidad de hacer algo realmente notorio en su vida, convencidos por la propaganda nacional y sus propios mandos que eran mejores y estaban más preparados que su enemigo, por lo que la victoria estaba asegurada.
  4. Desde el principio se emplearon armas y tácticas que si bien habían sido puestas en práctica a pequeña escala o por separado en conflictos anteriores, nunca habían sido aplicadas en conjunto.
  5. En consecuencia, de la noche a la mañana las tácticas y estrategias más conocidas y recurridas quedaron obsoletas, se volvieron impracticables y/o inútiles.
  6. Los generales de los estados mayores, al mando de los respectivos ejércitos, no supieron qué hacer en esos momentos de cambio, por lo cual recurrieron de nuevo a sus viejas y conocidas -aunque ya totalmente inservibles- tácticas y estrategias del pasado.
  7. Millones de soldados de ambos bandos murieron, fueron mutilados o heridos como resultado; los frentes se estancaron durante cuatro largos años de batallas sin otro resultado que un desgaste y agotamiento mutuo de recursos humanos y materiales para todos los ejércitos implicados.
  8. Solamente avanzado el conflicto fueron introduciéndose nuevas armas y tácticas que gradualmente conseguirían acabar con la interminable pesadilla de las trincheras y de los soldados atascados en el barro y los cráteres de la artillería.

 

 

¿Qué conclusiones podemos sacar después de estudiar esta comparación? Veamos las tres principales y tres más que son consecuencia directa de las primeras:

 

  1. En primer lugar hubo de cambio de reglas. Tanto la guerra entonces como los negocios en la actualidad ya no se llevan a cabo de la misma manera; los viejos métodos ya no son efectivos, o en cualquier caso lo son mucho menos que antes.
  2. A ello había que añadir la falta de realismo imperante, tanto entonces como ahora; muchos soldados, al igual que muchos emprendedores en la actualidad, eran menos profesionales -entiéndase competentes y efectivos- y estaban menos preparados de lo que les habían hecho creer o de lo que ellos mismos se habían autoconvencido.
  3. En segundo las mentes que dirigían las operaciones y daban las órdenes y directrices, se habían quedado ancladas en el pasado; ante la perspectiva de haber de innovar y reinventarse prefirieron quedarse donde estaban, y del mismo modo sucede con muchas escuelas de negocios y gurús del marketing hoy en día.
  4. Muchos soldados en aquella contienda y muchos emprendedores en la actual ola de emprendimiento pagaron y están pagando por ese desfase y esa falta de voluntad para innovar y adaptarse a los nuevos tiempos por parte una mayoría de quienes se consideran expertos y enseñan a otros cómo ha de hacerse.
  5. En consecuencia gran parte de la actual oferta formativa enfocada al emprendimiento está obsoleta y su aplicación es de muy dudosa efectividad.
  6. Y por último y en tercer lugar, de la misma manera que no cualquiera puede convertirse en un soldado adecuado y afrontar con éxito las exigencias de la profesión militar en tiempos de guerra -por mucho entrenamiento que reciba- no todos los profesionales están dotados de las cualidades necesarias para recorrer con éxito el exigente camino del emprendedor, lo cual no pretende en absoluto desmerecer a ninguna persona, simplemente hay que tener en cuenta que para alcanzar ciertos objetivos hay precios que son demasiado altos y que no merece la pena pagar.

 

 

 

Queda para cada uno de nosotros la necesaria reflexión acerca del camino que hemos de elegir en las presentes circunstancias, cuando el trabajo por cuenta ajena, seguro y bien recompensado, tal y como ha sido conocido a lo largo del las últimas décadas y hasta el estallido de la actual crisis económica, ha dejado de existir; bien seguir trabajando para otros, aun en condiciones menos satisfactorias y más inestables, apostando por una permanente actualización y por la especialización al máximo, o bien poner en marcha un proyecto de negocio propio, desde el cual podamos dar salida a nuestros talentos y capacidades únicas y exclusivas.
Si eliges esta segunda opción, entonces sé inteligente, escéptico y al mismo tiempo abierto, y sigue las enseñanzas y consejos de aquellos que realmente demuestren con su propio éxito, reeditado cada día, que son los verdaderos expertos en el arte y la ciencia de hacer negocios con éxito, dejando de lado a los pseudomaestros del marketing y del emprendimiento, que solo serán capaces de mostrarte el camino hacia callejones sin salida.

 

 

Tú, emprendedor, a diferencia del soldado de cualquier guerra, tienes la libertad de elegir a quién seguir y por quién dejarte acompañar en tu camino, y el mejor baremos son los resultados de quien se presenta como un experto.

 

Si no has leído la 1ª parte de este artículo, aquí puedes hacerlo:

Ola de emprendimiento y 1ª guerra mundial, 1ª parte

 

Manuel Marques Robles

Coach y Mentor del Camino del Héroe

 

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