Ola de emprendimiento y 1ª guerra mundial, 1ª parte

 

Enseñanzas para el emprendedor de hoy

 

2008 marcó el inicio de la crisis de las subprime, la cual, desde su estallido inicial ha ido escalando hasta convertirse en el cataclismo socio-económico mundial más grave desde la famosa crisis bursátil de 1929.

 

 

Este crucial acontecimiento fue el factor definitivo que propició el surgimiento de un nuevo paradigma laboral, cuyo origen es paralelo al modelo económico neoliberal o neoclásico, surgido en los años 70, que hoy en día ha llegado a su máxima expresión, y que ha propiciado una serie de cambios fundamentales en nuestra vida.

 

 

El trabajo estable y de por vida -o al menos asegurado para muchos años- con un sueldo que abría las puertas a un buen nivel de vida sostenido con los ingresos de la nómina y los ahorros sobre éstos, además de la posibilidad de legar un patrimonio aceptable a la siguiente generación, ha dejado de existir… Con la excepción de los funcionarios de carrera en aquellos países cuyas leyes así lo garantizan; todo lo que queda ahora son trabajos temporales, vinculados a proyectos específicos y limitados en el tiempo, en los cuales la brecha entre trabajadores especializados y con experiencia contrastada frente a aquellos que carecen de estos requisitos, se hace cada vez más grande, junto con la que existe entre los grandes directivos, con sus sueldos escandalosos, y el resto de los escalones de la plantilla, cuyas remuneraciones decrecen a pasos agigantados.

 

 

Nada es ya estable ni está asegurado, salvo la permanente incertidumbre en cuanto a los sueldos, la permanencia en el puesto de trabajo, o la de la propia empresa que lo da, además del reconocimiento y validez de una formación académica y/o profesional que es necesaria actualizar continuamente.
El nuevo paradigma laboral otorga preferencia al profesional freelance, innovador, creativo, interdependiente, que se recicla una y otra vez para adaptarse a las vicisitudes de un mercado cambiante, en continua y acelerada evolución, para seguir postulándose como un actor siempre útil y de valor garantizado.

 

 

En definitiva, la versión para el siglo XXI del emprendedor, una figura que ha acompañado -e impulsado- el progreso socio-económico del ser humano desde el principio de los tiempos, y en este sentido puede ser apropiado afirmar que el emprendimiento es realmente la profesión más antigua del mundo.
El impacto de la presente crisis ha sido, desde sus inicios hasta el momento actual -y lo que queda por delante- tan fuerte y profundo, que ha generado una auténtica ola de emprendimiento, que muchos autores califican como una verdadera burbuja en riesgo de explosión.

 

 

En este sentido, el entusiasmo o la desesperación que impulsaron a miles de emprendedores, ha sido sustituido por la frustración ante los malos o mediocres resultados, la consiguiente desesperanza o una desesperación aun más profunda ante un futuro que para ellos se presenta realmente gris; muchos se sienten fracasados, y pocos consideran que han triunfado o al menos que su inversión de tiempo, trabajo y dinero ha merecido la pena.

 

 

Este fenómeno no es nuevo en absoluto, se ha repetido en numerosas ocasiones a lo largo de nuestra historia, como muestra, por ejemplo, este artículo:

Cantos de sirena y minas de oro en California

 

Sin embargo, para aquellos que han aprendido por sí mismos las duras lecciones del camino, necesarias para triunfar en un nuevo y renovado intento, y que están dispuestos a ello, así como para los que se unan en un futuro, las puertas del emprendimiento están abiertas para hacer de su proyecto de negocio una vía para la realización personal y profesional, enfocada hacia la meta de una vida próspera y plena; así lo explico en el siguiente artículo:

El emprendimiento ha muerto… ¡Viva el emprendimiento!

 

En la segunda parte de este artículo abordaremos tres de las causas principales del mediocre balance de resultados obtenidos por gran parte de la actual generación de emprendedores, haciendo una interesante comparación con las causas de las continuas y aparentemente insalvables derrotas sufridas por los ejércitos que participaron en la guerra de trincheras entre 1914 y 1918.

 

Manuel Marques Robles

Coach y Mentor del Camino del Héroe

 

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