Construye el camino hacia tu éxito
Todos esperamos un tren, con toda seguridad el más importante para nosotros. Uno que nos ha de llevar desde la estación donde nos encontramos en este momento de nuestra vida, a nivel profesional y -por qué no- personal- a un anhelado y en ocasiones lejano lugar metafórico donde nuestras capacidades brillarán como el oro más puro en un día soleado y todas nuestros sueños se harán realidad. ¡Es el tren de las grandes oportunidades!
Sin embargo, cada día una gran mayoría de las personas que buscan con insistencia e ilusión el éxito en su vida, toman -¡una vez más!- el tren que les llevará de nuevo al mismo lugar de fracasos (resultados no deseados decimos en Coaching) de siempre.
¿El destino se burla de mí o me persigue la mala suerte como una sombra que no me quiere abandonar?
Con frecuencia, cuando no comprendemos el por qué de este tipo de resultados que se repiten una y otra vez, nos rendimos y abandonamos nuestros sueños y proyectos en la vía muerta del conformismo; “en fin”, -nos decimos a nosotros mismos en un intento de autojustificarnos por nuestra decisión, –”casi nadie alcanza el éxito/puede hacer realidad sus sueños en la vida.”
Cada vez que tenemos un pensamiento, consciente o inconsciente, es como si tomáramos un tren de altísima velocidad que nos lleva a otro lugar, es decir, a un resultado específico que acaba por materializarse en forma tangible en el escenario de la película que representa nuestra vida; y como cualquier tren circula por una vía férrea.
Imagina que cada uno de los pensamientos que se repiten constantemente en tu mente, tanto de forma consciente como inconsciente, hubiera acabado trazando una vía férrea siempre con el mismo origen y el mismo destino; ahora visualiza como todas estas vías se entrecruzan formando un nudo ferroviario.
Este nudo representa como una metáfora el sinfín de caminos trazados por nuestros pensamientos más habituales, la mayoría de los cuales, por desgracia, son –ademas de negativos- invisibles al radar de nuestra consciencia, y en consecuencia nos llevan casi siempre de la expectativa a la desilusión y la frustración.
Y esta metáfora tiene su equivalente en la realidad en forma de una red neuronal en nuestro cerebro, porque efectivamente los pensamientos que habitualmente se repiten circulando de la misma neurona de origen a la misma de destino acaban construyendo atajos o vías rápidas que se fijan en la corteza cerebral, para llegar cuanto antes y con el menos gasto energético posible a su destino, el cual se materializa como resultado tangible en nuestra realidad material, y muchas veces el que menos deseamos…
Los pensamientos, positivos o negativos, siguen esta secuencia:
Pensamiento → Emoción → Sentimiento (x afinidad energética) → Resultado/Realización en el plano material
Por lo tanto cuando los pensamientos negativos (“No puedo, no merezco, no debo”, etc) predominan en nuestro dialogo interior, los resultados son consecuentes e inevitables y tú te sientes por ejemplo como muestra la siguiente imagen:
¿Y no existen otras opciones, otras posibilidades? No. No las puede haber salvo que lleves a cabo un trabajo de auto observación para identificar y eliminar los pensamientos negativos que están saboteando tus oportunidades de éxito; y solo hay un modo de conseguirlo, llenando tu dialogo interno con pensamientos positivos para que éstos últimos ocupen todo el espacio y expulsen a los negativos reconstruyendo la red neuronal de tu cerebro para hacer posible materializar resultados positivos en tu vida.
¡Y es posible hacerlo! Mediante un trabajo de al menos 40 días seguidos y sin interrupción; a este respecto una solución muy popular es seguir un proceso de 21 días, pero en mi experiencia lo considero demasiado breve y con pocas garantías.
La Neurociencia sugiere un plazo de 66 días, y yo personalmente he llegado a trabajar durante 70 días seguidos para alcanzar un objetivo, si bien mi propia experiencia me indica recientemente que 40 días son suficientes en la gran mayoría de los casos.
Ya en el pasado siglo XX el eminente doctor español Santiago Ramón y Cajal anticipó esta línea de trabajo que garantiza un cambio real y muy efectivo a la hora de alcanzar nuestros objetivos en la vida.
En sus propias palabras:
Alejandro del Roble
Coach y Mentor del Camino del Héroe
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