¿Por qué viajar solo si puedes hacerlo en buena compañía?
En el artículo anterior abordamos el Coaching de Equipo, una de las dos variantes del Coaching colectivo, aplicado principalmente en entornos organizacionales e institucionales. Puedes leer el artículo haciendo click en el siguiente enlace:
A continuación vamos a conocer la segunda modalidad, aplicada habitualmente en el Coaching de Vida: El Coaching de Grupo.
Esta modalidad de Coaching nació con el objetivo de acercar la experiencia y beneficios del Coaching a las personas que lo desconocen y al mismo tiempo abaratar la inversión a realizar, dado que ésta se reparte entre los miembros del grupo y resulta más asequible que un Proceso individual; siguiendo este planteamiento el trabajo en grupos ha tenido más incidencia en entornos no profesionales como asociaciones de diversos tipos, grupos unidos por afinidades comunes y otros colectivos con enfoques alternativos a los propios de los entornos profesionales típicos en las Organizaciones e Instituciones públicas y privadas.
Ante la necesidad imperativa de implementar la cultura del Coaching en todos los ámbitos y sectores de nuestra sociedad, dado el calibre de las crisis que hemos de afrontar a nivel colectivo, cada vez más desafiantes y recurrentes… ¡Democraticemos el Coaching!
Veamos a continuación las 3 características diferenciadoras del Coaching de Grupo:
- Cada persona dentro del grupo tiene su propio objetivo, no hay un objetivo único para todos como en el caso del Coaching de Equipos; sin embargo estos objetivos individuales han de ser mínimamente afines, y así ha de considerarlo el facilitador del Proceso a la hora de constituir el grupo, porque de lo contrario habría una dispersión de las líneas de trabajo, cuando lo más práctico y conveniente es trabajar con líneas de trabajo paralelas y convergentes.
- Los grupos a trabajar han de estar formados por un mínimo de 4 personas -6 sería el mínimo ideal para articular las dinámicas- hasta 8; el facilitador ha de repartir el tiempo de trabajo de cada sesión y del Proceso en su conjunto, así como la atención que dedica a cada miembro del grupo, de forma equitativa, de modo que puedan alcanzarse los objetivos individuales. Es recomendable que el grupo sea lo más homogéneo posible: Ha de haber un nivel de trabajo interno, ritmo de aprendizaje y compromiso mínimo asumido equilibrado, para evitar la disparidad en el rendimiento en el trabajo en las sesiones y en las tareas a cumplir entre ellas, y de esta manera el facilitador no se verá obligado a dedicar demasiado tiempo a algunos coachees y demasiado poco al resto.
- Las sesiones son, al igual que en el Coaching de Equipos, quincenales, y de una duración de 2 a 3 horas, el doble de lo habitual en el Coaching Individual; la duración mínima de un Proceso es de 6 a 8 sesiones, y la inversión promedio es de un 60% a un 75% respecto de un Proceso de Coaching Individual.
Un Proceso de Coaching de Grupo es el escenario ideal para cultivar la solidaridad y el apoyo mutuo entre los participantes, tan necesario como olvidado en nuestra individualista y acelerada sociedad, y tan crucial en momentos de enormes desafíos como los que estamos enfrentando en este primer cuarto del siglo XXI.
Recuerdo un programa muy famoso emitido por Televisión Española a mediados de los años 80, titulado La bola de cristal, que dedicaba siempre un capítulo a ver como en muchas situaciones de la vida cotidiana una persona por sí sola no podía superar un obstáculo o resolver un problema… ¡Pero con amigos sí! De ahí el título del presente artículo.
Si conoces a personas interesadas en desarrollar el 100% de su potencial ingresa tus datos en el formulario de contacto, y te enviaré un correo electrónico para agendar una cita contigo y formar un grupo para trabajar en un Proceso de Coaching de Grupo para marcar un antes y un después en sus vidas.
Alejandro del Roble
Coach y Mentor del Camino del Héroe
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