¿Quién es tu gran adversario?, 2ª parte

 

Y también el responsable de tus mayores fracasos

 

“Usted no solo no tiene control sobre las cosas que ocurren fuera de usted, sino tampoco de aquello que sucede dentro usted. Debemos comprender que tener control sobre cosas externas comienza con poder controlar cosas internas, con tener control sobre nosotros mismos. Una persona que no puede controlar aquello que ocurre dentro de ella, no puede controlar nada.”

G. I. Gurdjieff

 

 

Esta enseñanza del maestro espiritual y escritor armenio George Ivanovich Gurdjieff, presenta, por lógica deducción, una verdad inapelable: Los hechos y circunstancias que suceden a nuestro alrededor, están directamente relacionados con nosotros; los movimientos en nuestra esfera interna -pensamientos, emociones, sentimientos, y el sistema de valores y creencias propio- provoca movimientos en la esfera de acontecimientos externos. Somos partícipes inconscientes en un elevado porcentaje, en la creación de la realidad que experimentamos.

 

 

Los dos cocreadores de nuestra propia realidad fuera de nuestro control consciente son, en primer lugar, la Sombra Positiva o realizadora, y en segundo, la Sombra Negativa o destructora.
La primera es en realidad un alter ego o personalidad alternativa inconsciente, formado por todo aquello que desechamos de la totalidad de nuestra personalidad original, o sea, la que teníamos en los primeros 7 años de vida, para construir nuestro ego o yo socialmente correcto, y que decidimos reprimir y olvidar. Según el psicólogo Carl Jung, divulgador contemporáneo del concepto, está formada por:

 

“Los rasgos del ser humano en parte reprimidos, en parte no vividos del todo que desde el principio fueron en gran parte excluidos por motivos morales, sociales, educativos o de otro tipo y por eso cayeron en la represión, es decir, en la disociación.”

 

 

Esta parte de nuestra sombra está formada no solamente por rasgos de carácter, sino también por talentos, habilidades y capacidades calificadas como inconvenientes o peligrosas, que fueron igualmente desechadas y olvidadas.
El interés que motiva a esta sombra, es en última instancia, ser de nuevo reconocida como parte legítima de la totalidad de nuestro ser, y reintegrada, con todo su potencial y capacidades, a nuestra personalidad consciente.
Para conseguirlo provoca numerosas situaciones embarazosas e inconvenientes, buscando llamar nuestra atención consciente; precisamente en estas situaciones se manifiestan con claridad aquellos rasgos de conducta, habilidades y capacidades, que tanto deseamos ocultar.
El ego intenta desviar la atención de la conciencia de esta parte rechazada de nosotros mismos, pero solo consigue proyectarla, es decir, verla como un molesto -y peligroso- reflejo en personas con las cuales nos relacionamos.

 

 

Esta dinámica perjudica, sutil pero gravemente, el resultado de nuestros planes y acciones conscientes, y seguirá operando de manera indefinida hasta que tomemos la difícil pero necesaria y siempre conveniente decisión, de asumir nuestra propia sombra y reintegrarla a nuestra vida consciente, lo cual redundará en un poderoso fortalecimiento de nuestras habilidades y capacidades, porque no solamente dejará de operar en contra de nuestros intereses, sino que sumará todo el potencial rechazado hasta el momento a nuestro ser y hacer consciente.

 

 

La otra parte que compone nuestra sombra, es de ambas la más peligrosa y destructiva; al contrario que la anterior, su objetivo es mantenernos el mayor tiempo posible en la zona de sufrimiento, donde puede seguir alimentándose de las mismas emociones negativas que la dieron origen, en los primeros años de nuestra infancia.
No desea ser descubierta ni es posible integrarla sanamente a nuestra personalidad consciente, por lo cual su juego se basa en un camuflaje psicológico muy sofisticado y efectivo; de él depende su supervivencia.
Su propósito es suplantarte, hacerte creer que tú eres el conjunto de tus sentimientos de frustración, miedo, rabia, y tristeza… Cuando en realidad estos sentimientos no forman, ni nunca han formado parte, de tu ser esencial.

 

 

Recibe muchos nombres, entre otros: Cuerpo de Dolor (Eckhart Tolle), El Parásito (sabiduría tolteca), y también Doliente-Contrincante interno. En palabras de la coach María Calandria:

 

“El doliente-contrincante interno aparece en la infancia; nace y vive del dolor, el miedo (y la culpa y la tristeza) que arrastramos. Es la expresión del dolor viejo que se disfraza de ti, haciéndose pasar por tu Yo real.
Lleva engañándonos desde el principio de las generaciones, por lo que tiene incidencia en la genética individual y en el contrincante colectivo.
La herramienta que utiliza el doliente para engañarte mentalmente, consiste en mostrarte, una y otra vez, el dolor del pasado para que la evaluación y conclusión de tus experiencia estén condicionadas y restringidas por esa información dolorosa.
La conclusión que saques coincidirá con la energía del doliente en ti. Si persistes en ello y te mantienes en ese espacio negativo, los recuerdos que guardes de tus futuras experiencias estarán sometidos a la historia de los pensamientos, emociones y actos de tu Yo-Dolor.”

 

 

Si no tomas conciencia, tu Sombra Negativa persistirá en su comportamiento, pero a diferencia de la positiva, lo hará con las peores intenciones, hasta el punto de poder destruir toda posibilidad de realización personal y/ o profesional.
La Sombra en su conjunto, representa nuestro gran adversario; podemos ignorarla y sufrir las consecuencias, o aprender de ella para convertirnos en personas más completas y empoderadas.

Esta temática que hemos abordado es muy amplia y profunda, e igualmente crucial para un desempeño de éxito en nuestra vida. En futuros artículos seguiremos desgranando todas sus implicaciones y enseñanzas. Puedes leer aquí la primera parte de este artículo:

¿Quién es tu gran adversario? 1ª parte

 

Manuel Marques Robles

Coach y Formador en el Camino del Héroe

 

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